Sigue Cantabria infinita...
- Dani Quintana
- 4 mar 2016
- 1 Min. de lectura
Cantabria infinita, País Vasco y Asturias... ¡de todo un poco!
San Vicente de la Barquera, un pueblo marinero a sólo 50 minutos.
¿Quiénes de los 80s que no se perdían Operación Triunfo? ¡¡¡jajaja!!! Bueno, de aquí es David Bustamante. Un lugar muy bonito, el día que fuimos llovía un poco y hacía frío y queríamos un cafecito y algo para desayunar, así que fuimos al restaurante El Mozucu, uno de los pocos abiertos tan temprano, y aunque he visto malos comentarios en TripAdvisor, a
nosotros nos gustó. Pedimos capuccino, las famosas Corbatas de Unquera, que es un tipo de repostería dulce hecho de hojaldre, muy rico y además un pincho de tortilla (omelette) con jamón y queso que estaba delicioso. Cuando dicen pinchos no se imaginen los que conocemos en Costa Rica… estos son grandes y les ponen un tenedor encima, queda uno muy satisfecho y listo para caminar por ahí y conocer esta villa marinera.
Llanes, está a sólo 25 minutos de San Vicente y si van desde Santander a 1 hora más o menos, me
dio la impresión como de un pueblo colonial, lo que hicimos fue dejar
el carro en el centro por el casco histórico y caminar por ahí hasta llegar al puerto de Llanes que está muy bonito, lleno de barcos y yates de todos los tipos, colores y formas. Además le han sumado una obra del pintor vasco Agustín Ibarrola, que se llaman ¨Los Cubos de la Memoria¨ que lo que hizo fue pintar con diferentes motivos los bloques que protegen el puerto de la villa, están muy bonitos, coloridos y alegran el lugar. Una vez visto el puerto de vuelta al carro y a buscar 2 playas muy diferentes: Gulpiyuri y Cubijeru. La verdad la primera la andábamos buscando porque habíamos visto fotos y nos parecía rarísima y un tipo de playa que yo personalmente no había visto
antes. La segunda, como estábamos perdidos y tuvimos que parar a preguntar varias veces a locales, uno de ellos nos dijo que no podíamos dejar de ir a Cubijeru que era mejor que Gulpiyuri, así que ya con la espinita fuimos a las dos. ¡¡¡Tienen que ir!!!! Son playas diferentes, hay que caminar para llegar a ellas,
especialmente a la segunda se camina un poco más pero vale la pena. Es que son playas tierra adentro, es decir son como cuevas que se formaron pero mantienen un pequeño hueco que da al mar, lo que hace que cuando sube la marea se llenan de agua y crean playas pequeñas con colores azules y turquesa, increíbles.
Gijón, nos fuimos de una vez a Gijón para aprovechar la tarde y almorzar ahí, desde Cubijeru
duramos unos 30 minutos, pero si deciden hacerlo como una visita de
un día desde Santander está a 1 hora y 20 minutos más o menos. Nosotros reservamos el Hotel AC Gijón by Marriott, que la verdad estaba bonito pero alejado del centro. Teníamos que usar el carro para ir a cualquier lugar, por lo que no lo recomendaría tanto. Una vez ahí con hambre, para variar, fuimos en busca del famoso ¨Cachopo¨. Fuimos al Restaurante Sidrería Tierra Astur Poniente, el lugar está justo a la par de la playa de Poniente, cerca del
acuario y desde antes de haber comido ya me gustaba el lugar, la decoración es muy diferente, moderna y original. Ver a los meseros sirviendo la sidra con esa facilidad desde arriba de su cabeza y sin siquiera ver, todo un show. Barriles y botellas guindando del techo, lindo. Y entonces cominos: queso de cabrales, con mermelada de membrillo (se me parece un poco a la de guayaba, ¡muy rica!), con algo parecido a una tortilla de maíz pero como más gruesita y deliciosa, creo que se llamaba torto de maíz. Una excelente entrada pero si hubiera sabido el tamaño del cachopo no
hubiera comido nada antes.. ¡jajajaja! Literal se salía del plato a los lados, no cabía… es una delicia, básicamente son 2 filetes de ternera grandes y en el medio jamón y queso, empanizado y acompañado de ensalada para no pecar tanto.. ¡¡¡jajajaja!!! No importa, en vacaciones se come de todo, por favor,no se vayan sin probarlo.Una vez que terminamos,¡¡¡a caminar!!! Al centro, la ciudad es muy bonita, con restaurantes y barcitos alrededor de la playa. En la noche, siguiendo la tradición de la Sidra, nos fuimos para la Sidrería Dakar con unos amigos locales, un lugar pequeño pero rico, cerquita del centro también, vayan por una sidra y bocas aquí, nosotros todavía estábamos llenos y no comimos muchísimo pero para boquear ¡está deli! Ya cansados, de un día largo, a dormir que a la mañana siguiente seguía la aventura.
Castro Urdiales, aquí llegamos desde Gijón, en 1 hora y 45 minutos. Si salen desde Santander, en 40 minutos están allí. Nosotros íbamos específicamente a la actividad de Ël Coso Blanco¨, yo ni idea
de qué era pero por aquello fui vestida de blanco.. ¡jajaja! Pero la actividad era en la noche y como llegamos temprano, fuimos a una playa que me encantó. Muy diferente porque en marea alta no hay arena, es como un
acantilado, pero hay áreas verdes arriba súper limpias y bonitas con accesos de escaleras al mar, el agua con unos colores turquesa, me gustó muchísimo, con unos sandwichitos de jamón ibérico… y las 7pm y todavía full sol, yo totalmente desubicada… y entonces nos fuimos porque era hora de alistarnos para el Coso Blanco, que es una
celebración que se hace el primer viernes del mes de Julio y para empezar que el pueblo es muy lindo, como todos en los que hemos estado, muy limpio, muy ordenado y además con una arquitectura que llama la atención, en especial para mí el Castillo de Santa Ana que se veía al fondo, todo iluminado y reflejado en el agua… ¡lindísimo! Y ya a las 11pm empiezan las carrozas de la celebración a salir, me parece una fiesta muy alegre y con puestos de comida y bebidas en la calle, nos quedamos ahí hasta tarde así que nos fuimos de una vez a Bilbao que era nuestra siguiente parada.

Bilbao, desde Castro estaba a unos 20 minutos, pero si salen de Santander, estará a 1 hora aproximadamente. Como queríamos aprovechar el día, amanecimos aquí. Nos quedamos en un hotel independiente que nos gustó muchísimo, con una ubicación genial y la decoración muy ¨boutique¨, mucho más lindos que otros hoteles de cadena en los que nos hemos hospedado, el hotel se llama ¨Hotel Abando¨, muy recomendado y además con tarifas accesibles. Nosotros fuimos en Julio y hacía muuuuucho calor, por eso queríamos salir a caminar tempranito para aprovechar y no derretirnos, porque de verdad dan ganas de tirarse en el río.. ¡jeje! La ciudad me pareció muy moderna, estaba un poco callada y con poca gente ya que por el mismo
verano se cierran muchas tiendas y la gente sale de vacaciones a otros destinos más frescos, pero perfecto para nosotros y andar por ahí. Dentro de sus edificios más emblemáticos está el museo de Guggenheim y frente a éste el Puente de La Salve que son muy modernos y llamativos, definitivamente había que ir, en el museo siempre hay exposiciones diferentes, a nosotros nos tocó la de Jeff Koons que estaba super linda. Seguimos caminando y comiendo
helados por ahí… ya a la hora de volver, pasamos por más jamón y pan para emparedados para ir a ¡¡¡otra playa!!! De camino a Santander desde Bilbao está la playa de Langre, si alguien cree que una playa es una playa y que todas son iguales, definitivamente no ha estado en el norte de España… me sigo sorprendiendo.. esta vez una playa rodeada por acantilados, se baja por una escalera y con un espacio súper amplio de arena, unos 200 metros y el color de arena dorado claro. Con esto, se cierra feliz otro día y de vuelta a Santander a sólo 30 minutos.
Okkk…. voy a dividirlo en 3 posts, porque todavía me quedan 2 playas y una ciudad increíble antes de Pamplona.
Yo no sé ustedes, pero yo ya quiero volver a Santander y si hacen esta ruta, van a querer volver todas las vacaciones..
Ya casi seguimos hablando. :)
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