PAMPLONA

Hablar de Pamplona es un poco surreal, me acuerdo que desde pequeñita veía los encierros con mi abuelita, las dos saltábamos del susto, cerrábamos los ojos y me parecía una locura la gente que se metía a correrlos. Sólo verlos por tele me moría del susto y ¿qué tal ir a verlos en carne y hueso?

La verdad es que no es sólo el tema de los encierros, las fiestas de San Fermín en general son increíbles, tienen un ambiente, un espíritu, una alegría que es imposible que uno no se contagie. (Para los ticos que lo leen, ¡olvídense de Palmares jajajaja, estas fiestas son multiplicadas a la ¨x¨ potencia!).

¡Para empezar, la ropa! Nos quedamos en la casa de unos amigos y esto hizo, por supuesto, más fácil todo. Ellos tienen colección de ropa blanca y pañuelos rojos de años anteriores que comparten con sus visitas en estas fechas, porque si se va a las fiestas, hay que ir así. Además hay que ir preparados a ensuciarse, que te caiga vino, cerveza o lo que sea que vuele por los aires. Tip muy importante, como se celebra en verano y hace mucho calor, incluso en las noches, yo andaba sólo con sandalias y chancletas, es importante llevar zapatos cerrados, primero porque hay mucho vidrio quebrado en las calles y además porque hay boñiga, líquidos regados, etc. Que aunque vi que limpian mucho cada mañana, con tanta celebración y tragos por todo lado, imposible que no haya evidencia de esto por la ciudad.

Lo primero, ir a caminar por ahí y entender el nivel de la celebración. ¡En serio saben cómo pasársela bien! Las calles están inundadas de gente y da igual que sean las 9am, las 7pm ó las 3 de la mañana, hay fiesta todo el día. Nosotros llegamos justo el día del ¨Chupinazo¨ (6 de Julio), ósea el día que desde el balcón del consistorio se lanza un cohete que marca el inicio de las fiestas y su festejo por 9 días. Todo está lleno de tradiciones y es interesante entenderlo, desde procesiones por las calles con muñecos cabezones que involucran a niños hasta ver a adultos llorar de la emoción al paso del santo San Fermín. Nuestro primer día fue un poco light, caminar, comer, comprar y conocer, teníamos que acostarnos temprano porque al día siguiente a las 4 de la mañana nos levantábamos para ir a coger un buen lugar para el encierro, pero no podíamos dejar de ver los fuegos artificiales que hacen todas las noches de las fiestas a las 11pm, vale la pena trasnocharse y dormir pocas horas con tal de verlos.

Gracias a Diego y Annia, nuestros amigos locales, que saben los mejores lugares del encierro, todas las curvas, las cuestas, etc, nos instalamos en la cuesta de Santo Domingo que es el primer tramo del encierro y no podía creer que aunque el encierro empezaba a las 8 am, ya a las 5 de la mañana nos costó trabajo conseguir lugar, ya que había mucha gente guardando sus espacios. Después entendí que es uno de los mejores lugares porque se ve la salida de los toros y justo debajo de nosotros cantaban al santo San Fermín, que es una de las cosas que no sabía que existían, los corredores le cantan a San Fermín para que los cuide y los proteja a los 5, 3 y 1 minuto antes del encierro; es decir, a las 07:55, 07:57 y 07:59, justo a esta hora antes de que suene la corneta para que salgan los toros, todos se abrazan, se dan la mano y además se ven señores muy mayores y la emoción previa al verlos así, es impresionante.

Una vez que salen los toros, uno no sabe si tomar fotos, si ver, si taparse los ojos, ¡si tirarse o qué! Y es que además, los mismos corredores se caen sólos por ir corriendo viendo para atrás, chocan entre ellos y ya vienen los toros y ellos tirados en el piso, es de infarto, y lo mejor es que pasa rapidísimo, todo como en 3 minutos, pero de fijo merece la pena, si les calzan fechas para ir, es de esas experiencias que le cuenta uno a todas las personas.

Ya después de ver la corrida, a desayunar y como dicen por ahí ¨¡A por una siesta!¨

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